Cuatro dibujantes y sus universos en grafito

CREADOS EN EL TALLER DE MARIO QUINTEROS. Este sábado 30 de noviembre a las 20:00 quedará inaugurada en el Centro Cultural Alternativo (Santa María de Oro 471) la muestra Cuatro Manos, que reúne obras de Marylín Granada, Marisol Díaz Oliva, Gabriela Vacca y Lucas Vallejos. Los trabajos realizados en grafito sobre papel resultan de intenso trabajo en el taller de dibujo que dirige el artista plástico y comunicador social Mario Quinteros.

Los expositores poseen varios puntos en común que caracterizan sus obras en particular y esta muestra en general. A los cuatro los congrega su pasión por el dibujo y en especial por el grafito como instrumento plástico, así como factura de indudable calidad técnica.  Para todos, también, esta será la primera muestra colectiva y comparten su debut en este proceso de mostrarse en público.

La apertura contará con música en vivo, apetites de sabores típicos y un brindis ofrecido por la institución anfitriona. Una vez habilitada la exposición se mantendrá habilitada días subsiguientes, con entrada libre y gratuita.

UNIVERSOS PROPIOS

Para Quinteros, presentar esta muestra como un simple resultado del taller es una actitud injusta porque los cuatro ofrecen “singulares registros visuales, una factura lograda y una imagen que le es propia, los ubican en un lugar superador que nos  exige una mirada más comprometida que los re-conozcan.

A estos cuatro dibujantes aquí reunidos los une, además, una cuestión trascendental: cada uno logró incorporar y materializar la convicción del dibujo como una estrategia para producir conocimiento del mundo, sensible y comprometido. Luis Felipe Noé dice que el dibujo puede ser, simplemente, un acto de reflexión plástica, como un silogismo gráfico. Y ellos no sólo lo han comprendido, sino asumido como tal.

Marylín Granada aborda, con preciosura mística, un herbario que le pertenece y le otorga sentido en todos sus puntos cardinales. Las plantas que registra con pasión documental, a fuerza de una trama tan sensible como exquisita, no son caprichos del snobismo: son las que convive a cotidiano, en su casa y en el propio taller que compartimos.




Gabriela Vacca, apasionada por la figura humana, hace foco en el cuerpo femenino y sus secretos. Su mirada no es orgánica ni cientificista, sino más bien una re y develación de su propia estructura. Las pequeñas ventanas que fragmentan la lectura de sus cuerpos se justifican en el equilibrio plástico del plano pero avanzan en una suerte de catalejo para adentrarse más allá de la piel y sus circunstancias.

Marisol Díaz Oliva, por su parte, se enfrenta al paisaje desde la pequeñez del hombre y el contexto de una naturaleza omnipresente que lo contiene y le quita dramatismo. Sin embargo, no el panorama la cuestión clave del relato sino un escenario para mostrar un tránsito por uno y por otro –el hombre y su paisaje-  a partir del camino. Sus rutas responden a distintas latitudes del país, como registro de un recorrido geográfico, pero también temporal. Ella sabe que, entre el comienzo y el final de su dibujo, también cumple con un recorrido interno a pulso de lápiz y texturas.

Lucas Vallejos, el más joven de este grupo, opta por meterse en el mundo del lápiz y las texturas, con una singular maestría.  Sus espacios visuales constituyen pequeños mundos donde es posible construir historias, sensaciones,  panoramas. La imagen, por su parte, propone un permanente entrar y salir de la figuración, a la que recurre casi como una justificación para su muestrario de situaciones acromáticas de singular belleza y perfecta sincronía.

Son cuatro manos cuyos registros de alto poder estético marcan el papel, como huellas dactilares, con surcos propios y definitorios”. 

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